El día de hoy, para gloria de Dios, los hermanos capitulares se dieron cita para continuar con la marcha de este tiempo de gracia.
Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, concede, a nosotros tus siervos, cumplir por la fuerza de tu amor, lo que sabemos que tú quieres y desear siempre lo que a ti te complace, a fin de que, purificados e iluminados interiormente y encendidos por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo, y con el auxilio de tu gracia, podamos llegar a ti, oh Altísimo, a ti que en la Trinidad perfecta y en la Unidad simple vives y reinas glorioso Dios todopoderoso, por los siglo de los siglos. Amén.
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